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"Mi infancia aprendió a desabotonar el silencio a pinceladas, y mis dedos a teñirse de azul cada vez que el cielo toca la puerta… Afortunadamente aun quepo en los bolsillos del tiempo, y a tiempo, aprendo a desojar utopías y crayones… ¡zapatos!…".
Con esta presentación Sozapato - la ilustradora ecuatoriana Sofía Zapata Ochoa - nos invita a entrar en su mundo de trazos y colores, en su búsqueda como artista.
A pesar de los clichés
Imbuida por la idea generalizada en la que un artista plástico no puede mantenerse económicamente a través de su profesión, y a raíz del estereotipo que mostraba a los estudiantes de arte como "borrachos y drogadictos" es que se graduó como diseñadora gráfica en el Instituto Metropolitano de Diseño, dejando la carrera de artes plásticas de lado.
Ejerció como diseñadora gráfica hasta que se topó con la ilustración en el estudio donde ella trabajaba. Ese fue el inicio de su profesión como dibujante.
A pesar de los clichés y marginaciones acerca de los artistas, finalmente se licenció en Artes Plásticas en la Universidad Central de Ecuador. Trabajó como ilustradora alrededor de 6 años. “Colorín Colorado” fue su primer libro álbum.
¿Cuáles son tus influencias artísticas, qué vuelcas como bagaje al ilustrar?
Cuando dibujo tengo varias historias en la cabeza, una mente a seguir más que nombres u obras puntuales. Estoy en un proceso de darme el espacio de reconocer mi propio trazo, mi propia forma de ilustrar. Siento que ya es hora.
"Hay una simbiosis entre lo que vivo como ser humano y mi producción artística".
Hasta hace poco tiempo me estaba dando de latigazos de no poder sentirme realmente yo o de poder plantear cuál es mi propuesta, pues ya se está haciendo todo en todo el mundo. Quería como encajar en algo que no cachaba bien qué era. Entonces este último año definí que ya estaba, que iba a buscar mi propio trazo, mis propias motivaciones. Dejando de lado el tratar de encajar, el tener imágenes o artistas en la cabeza, o formas de ser y hacer en la ilustración.
"El rato que no estás lidiando, el rato que no estás conectado contigo, en tu plenitud con lo que sea que hagas; pues el resto es una mentira, una cáscara, una máscara".
Para mi la gente nota si no estás conectado, si estás tras una máscara, lo ve. El trabajo de encontrar tu propio trazo es básicamente hacerte un montón de preguntas, desde por qué cruzas los brazos de una manera, por qué te casaste a determinada edad, a qué le tienes miedo, desde dónde viene, por qué viene ese miedo.
Pues, el rato que no estás lidiando, el rato que no estás conectado contigo, en tu plenitud con lo que sea que hagas; pues el resto es una mentira, una cáscara, una máscara. Tienes que ver de dónde viene tu deseo, si realmente quieres estar ahí en ese lugar, debes ser honesto. Siento que cuando lo eres el mundo lo ve, y lo agradece. Esa es la cuestión.
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