El espacio cultural que funcionaba hace más de 10 años en forma autogestiva y colaborativa se encuentra cerrado a pesar de la lucha de diversos grupos culturales
Conocí el Corralón de Floresta hace un año, cuando fui a la Feria del Libro Independiente y A. (F.L.I.A.). Llamó mi atención ese lugar enorme, lleno de vida, con una huerta comunitaria en medio de esa ciudad opaca. Una banda de payasos tocaba mientras los niños bailaban a su alrededor. La entrada era abierta y gratuita. Dentro estaba lleno de libros, escritores, artistas plásticos, músicos, se ponían en escena obras performáticas, sonaban bandas de música en vivo y operaba la radio de la F.L.I.A..
Hace más de una década atrás, en el Corralón funcionaba un deposito de vehículos recolectores de residuos de la Ciudad. Por muchos años estuvo desocupado y atiborrado de basura, hasta que un grupo de vecinos se propuso limpiar y acondicionar las instalaciones. Desde ese momento - sin ningún tipo de intervención estatal - diversos colectivos culturales dieron vida al barrio nutriendolo con variadas actividades.
Hoy ese espacio de cultura alternativa y autogestiva se halla cerrado. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires desarrolló un proyecto para construir una plaza cultural en el lugar donde se encuentra el Corralón pero - de acuerdo a Maximiliano del Grupo Atiko - no se garantiza el desarrollo de las actividades de todos los colectivos, si no de algunos, como tampoco se mantendrá la huerta colectiva donde cualquier vecino o visitante puede retirar gajos de las diversas plantas aromáticas que crecen allí.
Unos meses atrás, Maximiliano nos contó en una entrevista sobre los reclamos y su resistencia desde principios del 2016:
Son espacios como estos los que enriquecen las ciudades, pues nos aportan una mirada diferente, despojada de prejuicios, pero sobre todo libre.
De Otro Plano; Un espacio para la Cultura Alternativa.
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